EL 2º FESTIVAL INTERNACIONAL CHIM PUM CALLAO,
En el primer turno, el timbalero Willie Rosario sacó lustre a las baquetas y obsequió un repertorio de salsa que hace mucho tiempo no escuchábamos. El estilo del maestro, siempre apoyado en la fuerza del saxofón y has metales, consiguió imponerse ante el público chalaco, mientras sus soneros (Rico Walker, Pupy "Cantor" Torres y Cano Rodríguez) derrochaban clase en cada pregón. A ratos parecían estar dando lecciones de improvisación, enfatizando cómo ésta no debe desligarse del sentimiento. En sus voces, temas como Maina, Callejero o Mi Amigo el Payaso sacudieron el ambiente. Simultaneamente, el sonido fino y exquisito de sus músicos nos abrazó en Busca el Ritmo o Cuando se Canta Bonito. El sello de Mister Afinque se impuso en esta primera parte de la noche y funcionó como la gran antesala para lo que vendría luego.
Al filo de la medianoche The New York Salsa All Stars (una élite salsera dirigida por Lucho Cueto) tomó la posta. El bajo de José Tabares y las percusiones de Eddie Montalvo, Carlos Soto y Jimmy Delgado subieron primero.
El legendario Yomo Toro hizo lo propio y se apostó en una esquina. Los metales, con Reynaldo Jorge a la cabeza, tomaron posiciones. Adalberto Santiago, Tito Allen y José Mangual Jr. sallan al frente y todo quedó listo. Lo primero que vino fue una descarga al mejor estilo de la Fania. Era el sonido neoyorquino de los setenta que se colaba en la fiesta del Callao. Como hace tiempo no se veía.
Luego se turnaron los cantantes y arrancó Adalberto con Dinamita, demostrando que el paso de los años no ha alterado su registro vocal. Tito Allen, por su lado, salió como un vendaval con el tema Por Eso y, como era de esperarse, también se llevó los aplausos. El sentimiento y la clave bien marcada estuvo a cargo de José Mangual Jr. quien recordó la historia del Mil Amores, los otros temas de la noche fueron Vive y Vacila, Indestructible y Campanero. En este último tema, Yomo Toro intervino con un solo sensacional. Más que un banquete de salsa.
El momento estelar del festival llegaría con el arribo del maestro Johnny Pacheco. No se puede narrar la carga emocional vivida por sus fan ticos. Con paso lento, Pacheco llegó al micrófono, entonces saludó con la famosa frase "Chimpún Callao". Luego volteó, miró a la orquesta, se persignó y lo primero que soltó de su repertorio fue Químbara, en tributo a Celia Cruz. La primera voz estuvo a cargo de Ray Viera, quien dejó grata impresión. Los siguientes minutos fueron verdaderos baños de nostalgia con clásicos como Sonero y Guaguancó pa’l que Sabe. En esta última, Pacheco echó unos pasitos de baile. Igualmente, incluyó un potpurrí en homenaje a Héctor Lavoe, el cual todo el Callao coreó en gran parte. El último tema fue Agua de Clavelito y para frontal el primer puerto ya era una fiesta. La culpa la tuvo Pacheco. Sin duda, lo mejor del festival.
La noche chalaca la cerró el soneto de la juventud, Victor Manuelle, quien con sus remas hizo delirar a las jovencitas. No hay duda que al muchacho le sobran virtudes. Pero qué duda cabe qué este año fue de Pacheco. Y comprobamos que la leyenda sigue viva.
El mensaje con sabor a barrio de La Selecta golpeó las emociones de los bailadores. El soneto Sammy Marrero fue un gigante en sus interpretaciones. Ray Barretto y Tito Allen aceleraron el ambiente con su salsa neoyorquina, mientras que Lucho Cueto confirmo por qué puede ubicársele como uno de los mejores directores musicales del momento. Lo de Richie Ray y Bobby Cruz fue un banquete aparte: los durísimos exhibieron virtuosismo en una noche que la fanaticada pedía que no se acabe. El piano a cuatro manos de Richie Ray y Lucho Cueto corono el cierre del festival que, para muchos, fue el mejor de los realizados en los últimos anos.
Pacho Hurtado, también conocido como el Héctor Lavoe peruano, La Novel del Callao y Lucía de la Cruz fueron los artistas peruanos que antecedieron a las grandes estrellas internacionales que se dieron cita en este evento: El Gran Combo de Puerto Rico con su director Rafael Ithier a la cabeza, Raphy Leavitt y La Selecta con sus cantantes Sammy Marrero, Tony Rivas y Henry Santiago.
El bloque estelar fue abierto por Azuquita, cuyo terna Como si nada está actualmente "pegado" en la radio, lo cual permitió que muchos jóvenes se conectaran de inmediato con el cantante panameño, quien dicho sea de paso mantiene intactas sus cualidades vocales, así como su increíble talento para improvisar.
Otro que demostró su calibre fue Luisito Ayala. En Lima se le recuerda mucho por su participación en la orquesta de los Hermanos Lebrón. Correcto en todo sentido. Canciones como Sin negro no hay y Cuando te vea fueron ovacionadas de principio a fin.
El público, a estas alturas, ya había tendido un calenturiento puente de sabor con la tarima. Momento exacto para ver en acción a una de las voces legendarias de las Fania All Stars, Adalberto Santiago. Como primer bocado, nos ofreció La noche más linda, un tema que también se ha colado en algunas emisoras limeñas y que está logrando que muchos jóvenes se acerquen a la "salsa clásica." Luego vinieron éxitos de siempre, tales como Nadie se salva de la rumba y Quítate la máscara, que desataron la algarabía de los asistentes.
De esta manera, los porteños se preparaban para los dos platos de fondo: La Selecta de Raphy Leavitt(una de las orquestas boricuas más favorecidas por estos lares) y el Gran Combo de Puerto Rico, una institución que goza del inmenso cariño de los peruanos.
En el primer caso, Raphy presentó el repertorio más clásico de su banda: Somos el son, Siempre alegre, Jíbaro soy y Payaso. Y aquí me detengo para explicar lo que curiosamente ocurre en El Callao. La banda de Raphy Leavitt nunca fue habitualmente transmitidas por las emisoras limeñas, pero a pesar de esa contrariedad, ese escenario en contra, La Selecta se ha sabido ganar el respeto de los salseros del principal puerto peruano. Cada uno de sus temas analiza sentimientos encontrados, nos excita y apasiona. Aquella noche, los chalacos deliraron durante la tercera visita de La Selecta al Perú. Y todo indica que Raphy también se ha conectado con los porteños de la misma manera. No me extrañaría que esté preparando alguna composición especial, dedicada exclusivamente a los chalacos.
Lo del Gran Combo de Puerto Rico es un caso aparte. Es una orquesta que suena los 365 días del año, tanto en las reuniones familiares como en las emisoras radiales. Entonces, como era de esperarse, el delirio del público se estampó en cada rincón del complejo deportivo Yahuar Huaca, del complejo que esta vez esperó casi un mes para recibir a los salseros. Pues como se sabe, el festival fue postergado debido al sismo que sacudió el sur de Perú. Así fue como Don Raphael Ithier y sus muchachos cerraron con broche de oro esta nueva edición del festival.
El estelar lo abrió Tony Vega con un repertorio conocido por todos. El intérprete de "Déjame soñar" no pierde su brillo. Aunque nos gustaría verlo alguna vez acompañado de su propia orquesta. O quizá con Willie Rosario. ¿Se hará el milagro?
Luego llegó el turno de Moncho Rivera, sobrino de Ismael Rivera "El Sonero Mayor". Su repertorio realmente estuvo a la altura. Hace tiempo que no escuchábamos clásicos como "El Nazareno" o "Las Caras Lindas" en el Festival. Y la gente pidiendo más y más. Fue tal el entusiasmo, que el alcalde del Callao se contagió y ofreció contratar a Moncho para el siguiente año. Le tomamos la palabra.
La fiesta siguió. Turno para Luigi Texidor, ex integrante de la Sonora Ponceña, y el público esperando "Boranda" o "Nací Moreno". Particularmente, me quedo con el aplomo que exhibió en "Linda Teresa", un tema que sacudió las emociones de este redactor y el de una Tereza real (aunque con zeta) que tenía al lado. La orquesta dirigida por Lucho Cueto, impecable, los vientos acertadísimos y la percusión poniendo la cuota de sabor.
Luigi se despidió y enseguida subió Yolandita Rivera, también ex integrante de la Sonora de Papo Lucca. "Borinquen" y "Hasta que se rompa el cuero" sobresalieron. Incluso Yolandita se dio maña para entregarse a los timbales y demostrar que en la percusión también derrocha talento. Vibrante.
Luego de Yolandita y con el ánimo al tope nos preparamos para recibir al emblemático Conjunto Clásico. Orquesta completa. Muy experimentados. Sencillos. Esa fue nuestra primera impresión. Y los dirigidos por Ray Castro no nos defraudaron. Se convirtieron en lo mejor del Festival. "Vámonos de rumba", "El Regreso" y "Olga y Margara" fueron algunos de los temas. Y fue gratificante ver al sonero peruano Julio Barreto integrarse a la plantilla de soneros. ¡Qué inspiración!. Exhibió su talento como nunca. Julio trabajó trece años con el Conjunto Clásico en Nueva York. Sin duda, esta era una oportunidad para demostrarle a sus compatriotas la calidad de su soneo. Y lo hizo muy bien.
El Festival se iba terminando y faltaba ver al sonero cubano Justo Betancourt. Apareció alrededor de las 2 de la mañana. Vestido de impecable traje blanco y sombrero, el cubano de inmediato se conectó con el público. Comentó que siempre tuvo ganas de visitar el Perú y que tenía muchos amigos peruanos. Nos obsequió tres temas: "Soy profesional", el bolero "Psicología" y el clásico "Pa' bravo yo", que todos cantaron de principio a fin. Y es que el Callao se jacta de ser una zona de bravos, de salseros fundamentalistas. Betancourt, pese a sus años, cautivó.
El cierre del Festival estuvo a cargo de José Alberto El Canario. Sería mentira decir que nos quedamos. Luego me informaron que estuvo muy poco tiempo en la tarima y que fue aplaudido cuando interpretó "La Flor de la Canela". Así se fue el XII Festival Internacional de la Salsa Chimpún Callao, así se entregaron y se despidieron los cantantes aquella noche, aquella 'noche-madrugada' significativa para cada uno de los asistentes, hasta para quienes asistieron por primera vez y comprobaron que al Callao no se le debe tener miedo. ¿Y mis emociones?...mis emociones continuaron hasta después del Festival.
Los artistas invitados para esta edición fueron:
Sonora Ponceña
Luis Enrique
Luis "Perico" Ortiz con los cantantes Rafael de Jesús y Henry Santiago
Lucho Cueto y la New York Salsa All Stars, que acompañaron a los cantantes Ray de la Paz y Kim de los Santos
Los previos
El día había comenzado con el conversatorio de la Comunidad Estamos en Salsa. Aquel desayuno musical y cultural encendía la mecha para lo que vendría como plato de fondo del bufet puesto en escena en el Yahuar Huaca, en el Callao.
A pesar que el conversatorio mañanero con la Orquesta Mulenze resultó de nuestro deleite, era imposible presagiar lo que la noche había reservado para nosotros. Había expectativa de parte del salsero local. El cartel anunciado prometía tanto como lo permitiera la imaginación.
Orquesta La Unica
Llegamos en pandilla al Yahuar Huaca, casi finalizando el homenaje póstumo al rey del timbal peruano, el recordado Aníbal López. La ahora llamada Orquesta La Única de la Famila López, liderada por sus hijos Jair y Nathaly, se encargó de evidenciar una vez más que la salsa pertenece al barrio, con la interpretación del próximo éxito de Lucho Cueto, 'Pancho Malandro', especialmente cedido para la ocasión, quien además acompañó a la orquesta en el piano.
Tito Rojas
Tito Rojas sería el primer artista internacional que se presentaría esa noche. Y así fue. Aunque para el gusto personal no resultó ser su mejor noche. Preferimos cerrar el capítulo de su presentación sin mayores comentarios, aunque sí resaltando que la orquesta peruana que lo acompañó estuvo perfecta, al punto de merecer un mejor cantante. Clavo que se sacarían más tarde.
Orquesta Mulenze
Llegaba el turno de la Orquesta Mulenze. 'La orquesta elegante' imponía su presencia sobre el escenario con un frente de cantantes de lujo: Wichy Camacho, Rafi Andino y Pedro Brull, quien se reencontraba con sus compañeros luego de varios años. No tardaron en debutar en suelo peruano con uno de sus clásicos 'Ese dolor de siempre' con la voz de Rafi Andino, seguidos de 'Daria el alma', 'Buscando aventuras', 'Por él', 'Fuiste tu', 'Yo soy ese hombre', 'Te damos las gracias' y 'Para tí bailador'. Hora y media de salsa elegante, para el bailador.
Simplemente la botaron! Demostraron que Perú se había perdido una orquesta de lujo. Mulenze debió venir a Perú hace rato. Los asistentes al Yahuar Huaca corearon todas sus canciones, en clara demostración de devocíón.
Hermán Olivera
Perdone usted, lector, pero la presentación de Hermán Olivera merece un capítulo especial que seguidamente publicaremos. Solo podemos decir -por ahora- que fue lo mejor en años. Mito hecho realidad.
Antes de continuar, en honor a la verdad, debo recordar palabras mías antes de ver lo que Los Mulatos del Sabor hicieron sobre el escenario del Yahuar Huaca.
Bajo el prejuicio de sus reiteradas visitas a Perú y sobre todo por el repetitivo menú en sus presentaciones locales, mi expectativa por verlos no era la misma que por quienes los precedieron. Así que optamos por retirarnos sin saber luego que habíamos cometido un gran error.
Al día siguiente, revisando las imágenes grabadas, pudimos comprobar que se trató de un gran cierre de festival. Apropiado poner a la orquesta más popular en Perú y en varias partes del mundo. No hay salsero que no haya bailado alguna vez su música. Las imágenes no mienten y precisamente a ellas nos remitimos. Gracias a nuestro amigo Rudhy Flores logramos comprobar -post festival- que la Universidad de la Salsa está más vigente que nunca, por ello, su participación debía ser presentada a lo grande, con estilo, con originalidad. Con metáfora sobre Sanson y Dalila, Pepeson -llegado diréctamente desde Colombia para cubrir el festival para Radio La Z- se arrodillaría frente al mar de peruanos en señal de humildad y respeto al presentar al Gran Combo.
Así terminaba la edición catorce del Festival Chim Pun Callao, con una reflexión que no dejábamos de repetirla mentalmente. ¿Cómo se explica que ante la nula difusión de la salsa de parte de las radios comerciales, un festival salsero pueda congregar a 20 ó 25 mil personas? No tenemos la cifra exacta de asistencia pero las imágenes no mienten. La respuesta es una sola, los salseros somos de acero, no damos tregua. No necesitamos radio para que nos siga gustando esta música, que se vayan al carajo las radios.
Con tremendo festival finalizado, no es redundar enviar los agradecimientos respectivos a quienes fueron responsables de la organización. Al Gobierno Regional del Callao. De manera especial a los auspiciadores que creyeron en el festival. A los músicos peruanos por su entrega y profesionalismo. Al director musical del festival, Lucho Cueto, por la visión, empuje y empeño para lograr lo que se logró. Y cómo no, a los salseros de acero que no damos tregua.